A lo largo de la Edad Media, la cuestión del sacramento de la fe estuvo rodeada de agrias polémicas. Santo Tomás de Aquino y sus seguidores eran hostiles a la práctica del bautismo forzado, mientras que Duns Escoto y sus seguidores estaban a favor. Este conflicto entre el tomismo y Escoto dio lugar a una verdadera controversia escolástica sobre el bautismo. En la encrucijada de todos estos debates, el niño se encontraba en el centro de un conflicto jurídico entre padres y príncipes. Se trataba de evaluar los derechos de la patria potestad en relación con los derechos del príncipe, y de determinar el estatuto de los infieles y los judíos en la sociedad.